El cuidado medioambiental es un asunto de gran importancia en el panorama actual, cada vez los consumidores se cuestionan más el uso de ciertos materiales en su día a día, sobre todo cuando se trata de plásticos de uso único.
Las bolsas de polietileno son productos controversiales en la discusión sobre el ambiente, asimismo, se han propuesto las bolsas de papel como su sustituto menos contaminante. A continuación, comparamos las características de ambas bolsas para que puedas escoger cuál es la opción que más te conviene a ti y al planeta.
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Empecemos por lo más elemental, ¿de qué y cómo están hechas las bolsas de polietileno y de papel? A pesar de lo evidente, podemos descubrir algunos datos interesantes que tendrán un impacto en tu elección.
Polietileno
El polietileno es un tipo de plástico elaborado a base de derivados del petróleo, específicamente el etileno, el cual se expone a una temperatura y presión específicas para obtener como resultado pellets de polímeros. Los pellets a su vez, son los que por medio de inyección, extrusión, soplado o moldeo forman el plástico que conocemos.
El proceso de creación de una bolsa de polietileno implica calentar los pellets hasta el punto de fusión, para después mediante un proceso de inflado crear una especie de globo del tamaño final de la bolsa de plastico.
Papel kraft
Por su parte, la mayoría de las bolsas de papel están elaboradas con un tipo de papel llamado kraft, que se caracteriza por su color marrón y cuyo origen está en la celulosa.
La materia prima de la celulosa es la fibra de madera, la cual se obtiene talando árboles, a los cuales se les retira la corteza.. Esa fibra de madera se corta en trozos pequeños que se calientan a una temperatura y presión altas junto con una solución química (agua y sulfato de magnesio).
La diferencia del papel kraft frente a las hojas de papel bond es que no pasa por el proceso de blanqueamiento, en el que se utiliza dióxido de cloro. Al terminar este proceso, el papel resultante se corta y se pega para formar una bolsa.
Durabilidad y uso
Por un lado, las mejores bolsas de plástico resisten en promedio 1700 veces su peso, pues una bolsa de supermercado que pesa alrededor de 7 gramos puede soportar hasta 10 kg. Además son impermeables, por lo que pueden reutilizarse muchas veces y fáciles de utilizar especialmente si están en presentaciones de rollo bolsa.
Hay que tener en cuenta, además, que el uso de bolsas de plástico de un solo uso son muy importantes para el manejo de residuos peligrosos en el caso del sector hospitalario y algunos otros como el industrial. Los cuales incluso utilizan bolsas al vacío para mejorar la contención de residuos y algunos productos.
En el caso de las bolsas de papel, el grosor y rugosidad del papel kraft les otorga la resistencia suficiente para cargar cosas dentro de ellas, sobre todo cuando cuentan con asas.
No obstante, es evidente que no resisten al agua ni al uso rudo, por ese motivo, la mayoría de ellas solo se pueden reutilizar un promedio de 4 veces máximo. Por lo tanto, no suponen una solución muy viable en casos de uso no doméstico, como el industrial o comercial.
Impacto ambiental global
Una vez expuestas las características y el desempeño físico de cada tipo de bolsa, haremos un balance del impacto general que tienen las bolsas de polietileno y las bolsas de papel kraft en diferentes rasgos del cuidado del medio ambiente:
1.- Biodegradabilidad
Las bolsas de papel son famosas precisamente por este factor, al estar elaboradas con una materia prima orgánica, se pueden degradar en cuestión de meses cuando se desechan en vertederos, incluso, algunas de ellas pueden servir para elaborar composta.
Además, al no ser resistentes al agua, se pueden deshacer fácilmente en caso de caer erróneamente en cuerpos de agua, sin afectar demasiado los ecosistemas.
Por su composición, las bolsas de plástico de forma natural pueden tardar varios años en degradarse. Sin embargo en la actualidad es común encontrar toda clase de bolsas de polietileno hechas con elementos fáciles de reciclar y de multiples usos como las bolsas al vacío para almacenar alimentos, lo que suma al cuidado del medioambiente.
2.- Reciclaje
Si bien, tanto las bolsas de polietileno como las de papel pueden reciclarse, la realidad es que la mayoría de ellas terminan en los vertederos. De ahí la importancia de considerar también la durabilidad para su reutilizarlas.
Por ello es que para un uso frecuente es que se recomienda el empleo responsable de bolsas de polietileno que destaquen por sus propiedades de resistencia y durabilidad.
3.- Uso de recursos
En el caso de las bolsas de plástico, al ser el etileno un residuo proveniente de la refinería del petróleo, se puede decir que son más eficientes pues son subproductos de la elaboración de combustibles fósiles. Por otra parte, para las bolsas de papel, la obtención de la celulosa conduce necesariamente a la tala de árboles, que, no obstante, pueden ser replantados.
En lo que respecta al transporte, por su peso, las bolsas de polietileno pueden transportarse en mayor cantidad gracias a su peso ligero, comparado con el de las bolsas de plástico.
De manera general, el proceso de producción de bolsas de polietileno es generalmente menos costoso y más eficiente en términos de recursos que el de las bolsas de papel.
Ahora que conoces las características de cada material, puedes hacer una elección informada que se adapte a tus necesidades. Si optaste por las bolsas de polietileno, no dudes en visitar nuestro sitio web, ahí encontrarás una gran variedad de opciones.